Marco Antonio Hernández Badillo
Se dice que durante la época colonial perteneció al Conde Regla, dueño de las principales minas de plata en Pachuca y Real del Monte; lo que puede ser muy probable ya que el pulque es, desde entonces, una bebida típica entre los mineros. Esta hacienda como el resto de los llamados “Llanos de Apan”, en el Altiplano Central, utilizó el trabajo forzoso de los indígenas que eran enviados ahí como parte de la encomienda.
Durante el apogeo de la producción pulquera en el Porfiriato, la hacienda de Tecajete que para entonces pertenecía al presidente Manuel González fue ampliada, se construyeron nuevas áreas dándole la majestuosidad que aun conserva. El responsable de los trabajos fue uno de los mejores arquitectos mexicanos: Antonio Rivas Mercado.
La llegada del ferrocarril a la zona, facilitó la comercialización del pulque en la ciudad de México, la demanda trajo consigo la necesidad de una mejor organización; surge la división del trabajo, la especialización, las grandes haciendas-pueblo: casa del patrón con espacio para invitados, caballerizas, casas para los empleados de más alto rango, iglesia, escuela, cementerio, casas para trabajadores….
La hacienda pulquera Tecajete como varias de las haciendas de la región, floreció durante esa época, sin embargo, el período armado de la revolución mexicana y la campaña contra el pulque para favorecer el consumo de la cerveza, provocaron un declive generalizado en la producción pulquera. El trabajo de la hacienda fue menguando hasta llegar literalmente apenas a una escasa producción que estaba destinada a un consumo doméstico, manteniéndose así, hasta fines de la década de los 90 del siglo XX cuando finalmente se cierra el tinacal y la hacienda se utilizada como sitio de descanso de sus dueños.
El presente ensayo fotográfico (realizado por Marco A. Hdez. hace 15 años, para incluir algunas imágenes en la exposición colectiva, sobre el pulque y las pulquerías, presentada en el AHMM,A.C.), fue seguramente el último testimonio de la actividad del tinacal de la hacienda de Tecajete.
En estas fotografías se puede apreciar la devoción de estos trabajadores en la preparación del pulque, las imágenes nos ofrecen una muestra de la singularidad del gremio y sus personajes; quienes atesoraron una larga tradición que se remonta hasta épocas prehispánicas.